El amor no es una ciencia exacta


No me basta con fórmulas ya prescritas
y respuestas sigilosas
en aras de rutina y
sobre sinceridad a medias,
porque podría volverme marea
que arrastre la arena seca.

No me basta con previsiones certeras

que desconocen
lo que nos atravesará en cada momento,
al igual que no se puede prever
los días
de lluvia (fina).

Porque la vida no es precisa, ni concreta.



La vida también es estallar a carcajadas,
morirse en un silencio,
hundirse en un requiebro,
renacer de un agujero,
encogerse de forma acorazada
y ponerse por montera el mundo entero.

Lo que quiero decir es que 
podría agarrarme
de cualquiera de tus lágrimas
para subir hasta el cielo
y encontrar la nube 
que lleve tu ola.

Que no necesito contar
de tu cuerpo
los lunares
para querer beberme a tragos
tu universo;
ni saber:
cuánto pesa tu mochila
cuánto llevas esperando
o cuánto te hirieron.

Porque podría también volverme aire

que llenara los vacíos
de todos tus desalientos;

uno más o uno menos.

La vida, 
la vida son cortes de garganta,
el fuego de las ceremonias,
dormir a deshoras,
gritar al vacío,
reírse de sí mismo,
sobrepasar las normas que ya no (nos) funcionan

Y si me apuras, hasta excederlas.


Porque la vida no es precisa, ni concreta

Y yo
quiero jugar con brisas y vendavales
y volverme cometa.
Y allí arriba
convocar a todos los pájaros de la ciudad
a referéndum
para que decidan qué día enseñarnos a volar;

a mí me da igual…

Que yo,
de todo lo que el viento no rompe a la altura de los sueños,
me quedo con tu mirada de ojos grandes
me llevo tus escalofríos envueltos
en piel de seda….

Lo que quiero decir es que
quiero llamar amor al amor
que te pongas sonrisa de noche
y llevarte a bailar a otro mundo.

La vida no se deja bordear
para quien no arriesga.
La vida, 
la vida
es salir de la autopista,
luchar en desventaja,
probar ingredientes sin receta,
atravesar frentes de frío ártico,
cuidar el todo por el nada,

guardar un corazón
a capa y espada.

Pero yo quiero 
que la vida
sea también prolongarnos en el tiempo.
Y confesarte que mi mayor desorden es haberte conocido
casi por sorpresa.
Lo que quiero decir es que la vida también es eso
es azar,
es contingencia.

Y tú qué harás cuando entonces

te des cuenta
de que la ciencia exacta ya no te sirve
porque yo siempre puedo ser 
más.



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